El contrato generacional de empleo

Iniciativa de François Hollande.

En Francia, el gobierno de la presidencia Hollande comienza a ser evaluado y sometido a balance. Tras los meses reglamentarios de confianza a un nuevo gabinete, cinco años después del de Sarkozy,  la presidencia de François Hollande ha dejado ya atrás cualquier benevolencia y comienza a ser escudriñada y analizada con todo detalle. El otoño que tiene por delante, en su papel de parternaire-contraste de la Alemania de Merkel respecto al futuro de Europa y en las iniciativas que deberá tener respecto a la dinámica económica y social en su propio país –ahora en casi recesión- , va a ser decisivo para dar identidad a este gobierno.

En las próximas semanas los interlocutores sociales –patronal y sindicatos- van a negociar a partir de un documento elaborado por el Ministerio de Trabajo francés acerca de las medidas para reactivar el empleo juvenil y frenar la pérdida de empleo en las edades adultas (más de 55 años). Lo llaman Contrato generacional de empleo. Se trata de propiciar que las empresas, grandes y pequeñas, y los sindicatos se comprometan para la contratación de jóvenes y, a su vez, se conserve el empleo de los mayores de 55 años. Bastante diferente de nuestro país, donde lo único que nos llega desde el gobierno y desde las empresas son iniciativas que se refieren a la pérdida de empleo estable y donde no existe ninguna propuesta que tenga que ver con el empleo juvenil. España sigue estando a la cabeza de Europa en lo que se refiere a paro en la franja de menores de 25 años: un 52% de jóvenes españoles en situación de empleo no lo encuentran.

No es seguro que Francia dé en la diana de una verdadera política de generación de empleo y de solución de los problemas relativos a esa cuestión pero es altamente significativo y positivo que una de las primeras medidas que la presidencia Hollande haya lanzado se refiera al principal problema europeo que es el de cómo introducir en el mercado de trabajo a cientos de miles de jóvenes en condiciones laborales decentes, respetables y capaces de generar ilusión para el futuro.

Veremos. De momento tomamos nota y traducimos la propuesta del Ministerio de Trabajo.

Javier Aristu

El contrato generacional de empleo.

El contrato generacional será una herramienta que permitirá favorecer, simultáneamente y sin oponerlos, el empleo de los  jóvenes y empleo de los séniores (trabajadores mayores de 55 años). Este nuevo dispositivo debe permitir la contratación en las empresas, con contrato de duración indefinida, de jóvenes que serán apoyados por un trabajador sénior, quien mantendrá, a su vez, el empleo hasta su jubilación.

Esta medida es positiva para el empleo tanto cuantitativamente, por los nuevos contratos y el mantenimiento del empleo, como cualitativamente, por lo que se refiere a la transmisión de los conocimientos y habilidades laborales y a la conclusión de los contratos de duración indefinida.

El calendario

Al ser una medida importante del plan de lucha contra el desempleo comprometido por el Gobierno, el contrato generacional estará marcado por el signo del diálogo social. La primera etapa de de la creación del contrato generacional es un “documento de orientación” destinado a los agentes sociales el martes 4 de septiembre, preludio de la negociación. A continuación se presentará un proyecto de ley a finales de 2012 tras la citada negociación, para culminar con la entrada en vigor del contrato generacional a comienzos de 2013.

Puesta en marcha adaptada a la dimensión de la empresa

La puesta en marcha se adaptará a las diferentes dimensiones de las empresas. En las de más de 300 asalariados se negociará un acuerdo colectivo, que condicionará el mantenimiento de las reducciones de las cotizaciones. En las empresas de menos de 300 asalariados, se acordarán  contratos individualizados generacionales, combinados con una ayuda  concertada durante 3 años para el joven contratado con un CDI (contrato de duración indefinida) y para el asalariado de 57 años o más hasta la edad de jubilación.

El contrato generacional es una noble y justa ambición. Trata de corregir dos excepciones francesas particularmente  perjudiciales que ya en 2004 había denunciado el informe de Michel Camdessus “Hacia un nuevo crecimiento para Francia”: el subempleo de los séniores y el de los jóvenes menos cualificados.“Francia –subrayaba el antiguo director general del FMI- es el único de los grandes países desarrollados incapaz de dar trabajo a más de la cuarta parte de su población juvenil. Es también el único que ha dejado a más de dos tercios de sus séniores en situación de inactividad por más que la esperanza de vida aumente rápidamente”.

En ocho años la situación no ha mejorado; al contrario. En 2005, sindicatos y patronal firmaron un acuerdo, rápidamente convertido en ley, que creaba los CDD (contratos de duración definida) de dos años para los séniores y fijaba el objetivo de subir la tasa de empleo de los trabajadores de 55-64 años al 50% desde entonces hasta 2010. Hoy dicha tasa es del 41,4% (contra el 59,9% en Alemania) y el 22% de los jóvenes está en paro.

Si se quieren combatir estos dos males franceses, sólidamente enquistados, es urgente reaccionar. El contrato generacional del presidente Hollande es un buen método, y los interlocutores sociales deberían tener todavía menos problemas en entenderse porque el plan propuesto es flexible. Las empresas de más de 300 asalariados estarán obligadas a negociar –según el espíritu de las leyes Auroux de 1982- un contrato generacional colectivo si no quieren perder las reducciones de las llamadas cargas Fillon, que alcanzan el 1,6 del salario mínimo interprofesional.

En las PYME de menos de 300 asalariados el contrato generacional, que se beneficiará de las reducciones de cotizaciones patronales y salariales, será individual y facultativo. Una flexibilidad que se supone que va a conjurar los riesgos del efecto ganga denunciados hace un año por… Martine Aubray.Cuando el crecimiento se anuncia débil por un largo tiempo, el éxito de este pacto generacional –que podría costar en torno a los 12.500 millones de euros en cinco años – está lejos de ser garantizado. No será suficiente para combatir por sí mismo la vertiginosa subida del paro.

Pero puede contribuir a ello y merece que las empresas le den una oportunidad.

(Traducido de Le Monde y la web del PS francés)