1 de mayo de 2012. Miles de personas salen a la calle a manifestarse por la dignidad del trabajo y para protestar contra las medidas que se están tomando desde los gobiernos.

Una vez más, una llamada crisis económica pretende ser la excusa para reajustar de forma brutal las correlaciones sociales conseguidas, poco a poco y con no pocos esfuerzos, durante las últimas décadas. De nuevo, los pocos y poderosos quieren transformar la actualidad para diseñar un futuro donde su poder y su beneficio son sus vectores de conducta.